Abrazar la Incertidumbre: La Clave para Crear Nuevas Realidades

¿Qué sucede cuando estamos en camino al éxito y aparece la incertidumbre? Ese momento en que no sabemos quiénes somos ni hacia dónde vamos, en el que nos sentimos extraños, incapaces de reconocer nuestro pasado y sin poder imaginar con claridad el futuro por el que hemos trabajado y salido de nuestra zona de confort.

Conectar con el siguiente nivel de nuestra vida implica despojarnos de pensamientos, creencias, ideales y proyecciones del pasado. Es pararnos desnudos frente a un futuro desconocido, dejando atrás las formas conocidas de hacer las cosas. Si hay algo claro, es que queremos algo mejor de lo que ya hemos vivido, y para alcanzar lo nuevo y desconocido, debemos recorrer un camino diferente al que ya transitamos. Acostumbrados a tomar la autopista conocida de hábitos, pensamientos y emociones, decidir que el destino será otro nos obliga a abandonar esa autopista y optar por un camino alternativo. Un camino menos transitado, incómodo, a veces enredado, con paisajes extraños y hermosos a la vez. Ese camino desconocido es el que trae la incertidumbre a nuestras vidas.

En ese tránsito de incomodidad, nace la construcción de una nueva identidad. Es un renacer con mayor conocimiento, con claridad sobre lo que queremos y lo que no. Descubrimos que los límites solo existían en nuestras creencias y crianza, y surge la gran pregunta: ¿Cómo construir una nueva identidad coherente con ese futuro anhelado en medio de la incertidumbre y la incomodidad física que genera el no saber qué viene?

En realidad, nunca sabemos con certeza qué vendrá, pero nuestra mente cree saberlo, sobre todo cuando seguimos una rutina. Sin embargo, cuando dejamos atrás esa rutina y buscamos un cambio profundo de identidad, caemos en un estado de incertidumbre real. Nuestro cuerpo reacciona: duele el estómago, se aprieta el pecho, la cabeza se llena de pensamientos y aparece la ansiedad porque el control ha desaparecido. Entonces, ¿cómo transitar en esa incertidumbre?

Observar el proceso me ha permitido entender que ese punto exacto de incertidumbre es la prueba de que estoy en la mitad del camino. Ya logré dejar atrás la identidad que me acompañó por años y estoy en pleno proceso de construcción de la nueva. La incertidumbre me recuerda que todo sigue avanzando y que tengo la opción real de moldear mi identidad según el futuro que deseo. Es en este punto donde debo aferrarme a mi visión, controlar mi cuerpo y aprender a fluir con el espacio que me rodea para concretar la nueva identidad y realidad que estoy creando.

Cuando estamos en medio de cambios profundos, cuando damos un salto cuántico en nuestra vida, llegamos a este espacio de nada, de incertidumbre y duda. Es un espacio en el que la vida nos dice: "Respira, calma y aférrate a tu decisión de cambio". Pero, al mismo tiempo, nos invita a soltar y confiar. Es un momento de observación, de prueba y de aprender a dejar el control, a confiar en lo que hemos construido. Porque en esta nueva identidad ya no funciona el hacer constante; ha llegado el momento de la calma y la templanza para que surja esa versión renovada de nosotros mismos.

Al principio, la incertidumbre, el caos y la incomodidad pueden hacernos dudar y pensar en volver al punto de partida. Y claro, es una opción. En ese punto todo era conocido y fácil, aunque también podría haber sido incómodo e insuficiente para nuestra felicidad. Pero cuando te encuentres en ese momento, no mires atrás más que para agradecer lo aprendido. Sigue adelante, con calma o rapidez, descansa si es necesario, pero nunca, nunca sueltes la decisión que te impulsó a iniciar este proceso.

Llegará el momento en que la incertidumbre se disipará, las nuevas certezas tomarán su lugar, verás los logros y comenzarás a fluir en la felicidad de haber alcanzado tu sueño.

Continúa con determinación y foco...

Kary